jueves, 21 de junio de 2007

Las chicas de la confitería (bah, las mozas)

¡Qué ejemplo para la sociedad! ¡Qué altruismo empresarial! Siii! Hoy hablamos de las pibas y mujeres (todas entre 20 y 30) que tienen la suerte de ser contratadas por los concesionarios de la barra de planta baja del casino.
Y qué Suerte, señores: Buena parte del pago en negro, sueldo bajo, jornada nocturna interminable, imperiosa necesidad de hacer propina, sin derecho a enfermarse o embarazarse (¡vade retro!), inestabilidad asombrosa (no duran ni tres meses en el trabajo), uniformes hechos con 20 centímetros de tela, etc..
Con un poco más de suerte estas chicas podrían ser consideradas trabajo esclavo (servil ya es) y al menos se asegurarían la comida diaria. Pero claro, el que concesiona debe ser amigo de algún radicha del gobierno, y de alguno del gremio que debería protegerlas (C.E.C.), así que los tipos se hacen la guita gracias a que quienes trabajan le salen dos mangos y a vender bebidas y tragos de porquería.
Pero a nadie le importa: estas mujeres no son sus hijas o hermanas o lo que sea; son, disculpen la expresión, las putitas de paso que los deben atender como si fueran señores, y no como los cerdos que realmente son la mayoría. Pero de nuevo, a nadie le calienta.
Que el dueño se siga llenando de guita, total ni los gremios ni el Estado harán absolutamente nada por estas compañeras.
¡Otra lindeza de nuestro casino, Orgullo Provincial!
Aclaración: las chicas del Regency la pasan peor, si cabe; pero eso lo dejaremos para otra página.

1 comentario:

Julio Guevara dijo...

la verdad que un arealidad muy cruda la que muestra Ud. mi colega, yo no lo habría dicho mejor